¿Hasta cuándo? - Replicó. Y en el teléfono se quedaron mudas las dos personas que intercambiaban sucesos de su vida.
Ella era una joven y guapísima doctora de aproximadamente 30 años, y aunque aún no los cumplía, se sentía como de 50. Esperaba el futuro prometedor que le dibujaron las caricaturas o que tal vez los padres adornaron en su cabeza.
A punto de terminar una maestría, había sufrido la burla de los hombres en un par de ocasiones (o un poco mas) y casi tiraba la toalla de la vida ideal y pensaba mas en su vida real. Trabajar en algo que pueda darla las comodidades necesarias, conocer a alguien que compartiera con ella su vida y resolver sus ansiedades, que desde los 12 no la habían dejado tranquila.
Esperé a que pudiera de cifrar sus propios demonios; contó sucesos no fáciles de reproducir, pero entendí que la percepción al objeto en cuestión, era como un yin y yang, y ahí radicaba el problema; ella no decidía que quería.
(By:Cursi)
Demosle gracias a las personas que Dios, (o alguien que no es de este mundo) nos pone en el camino, ya que gracias a ellas, buenas o malas nos hacen ser lo que hoy somos. Nada es tan malo que no se pueda soportar, o tan bueno que no haya otro mejor.
Gracias a las personas que me rodean por permitirme experimentar la felicidad y el dolor, los dos en su máxima expresión como ser humano que soy.
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